martes, 31 de marzo de 2020

La escuela de Atenas. RAFAEL SANZIO. Estancias Vaticanas. Por Fátima Cano Ávila.


Análisis


La obra presenta una escena del mundo clásico idealizada y su relación con la Filosofía. Se reúnen en el mismo espacio todos los filósofos clásicos, poniendo en su centro a Platón y Aristóteles. Además de ellos aparecen Heráclito, Euclides, Alciábades, Diógenes, Protágoras…

La técnica utilizada es pintura al fresco sobre muro.

Predomina la línea frente al color, pero odemos observar como poco a poco, se va imponiendo el color en algunas zonas.

En cuanto a la gama cromática, alterna los colores fríos con los cálidos en un intento de crear armonía. El color es naturalista con cierta carga simbólica como ocurre en algunas épocas históricas y está matizados por la luz, sobre todo en los pliegues de los ropajes.

La luz procede de un eje cenital, es decir, desde arriba y se distribuye por toda la obra creando suaves claroscuros y sfumatos.

La perspectiva es lineal, es decir, todas las líneas compositivas de la obra convergen en un punto de fuga, que en este caso se sitúa encima de las cabezas de los dos personajes centrales.

La composición viene dada por la posición de los filósofos, que crean una tensión horizontal por delante de las arquitecturas clásicas.

Existe una clara simetría en torno a las figuras de Platón y Aristóteles. Este eje  central divide la obra en dos mitades que se distribuyen de la misma manera y están compensadas entre sí.

Predomina el dinamismo y no existe jerarquización del tamaño. Todos los personajes respetan las proporciones y están hechos según la escala humana. No obstante, predominan Platón y Aristóteles frente a los demás, ya que están en el centro de la obra y destacan así su relevancia en el mundo de la Filosofía. Platón representa la corriente idealista, mientras que Aristóteles es empirista.

El sistema representativo es figurativo e idealizado. A pesar de reflejar los rasgos individualizados de edad y carácter de cada personaje, las figuras buscan un ideal de belleza, mejorando la realidad en la que se han inspirado.


Comentario


Por todo lo dicho anteriormente nos encontramos ante una de las realizaciones cumbres del Renacimiento. La obra pertenece al Cinquecento (siglo XVI) pero muestra rasgos que anuncian el Manierismo.

El título de esta obra es La escuela de Atenas y fue realizada por Rafael.

Actualmente se encuentra en los Museos Vaticanos concretamente en la Estancia llamada de la Signatura. Renacimiento significa volver a nacer. Se desarrolla durante los siglos XV y XVI y se caracteriza por su interés en la Antigüedad romana.

Surge en Italia impulsado por autores como Dante, Petrarca y Bocaccio.  

Los factores que impulsaron el renacimiento fueron:

  • El nacimiento del Estado Moderno
  • La ampliación de los horizontes físicos
  • La invención de la imprenta
  • La caída de Constantinopla

Algunas de las características generales de esta época fueron: 
  • Interés por el mundo clásico 
  • Vuelta al antropocentrismo
  • Victoria de la razón sobre el instinto
  • Aplicación del cálculo matemático y la proporción
  • Búsqueda de la belleza basada en el canon grecolatino
  • Aparición de mecenas como los Médici, los Sforza, etc. 
  • Elaboración de tratados como los de Alberti, Vignola, Piero della Francesca o Da Vinci  
  • Desarrollo de un nueva Ciencia basada en métodos empíricos
Las características principales de la pintura renacentista son: 
  • Técnicas: El fresco y el óleo, que se va imponiendo poco a poco. En el siglo XV   los venecianos  introducen el uso del lienzo.
  • Los temas son tanto religiosos como profanos, dependiendo del comitente.
  • Normalmente los encargos civiles eran retratos, temas mitológicos, alegóricos e históricos.
  • A menudo los retratos servían para reflejar la situación social y económica del cliente.
  • La perspectiva: Predomina el uso de la perspectiva lineal en el  Quattrocento, mientras que la perspectiva aérea se empieza a investigar en el Cinquecento.

Rafael comenzó a pintar con Perugino, más tarde se trasladó a Florencia, donde conoció las obras de Leonardo y Miguel Ángel.



En 1508, por sugerencia de su paisano Bramante y a petición del Papa Julio II, llega Rafael a Roma. Tiene 25 años. Es la fecha en la que Miguel Ángel acaba de iniciar su labor en la bóveda de la Capilla Sixtina, también por encargo papal. Y este mismo Papa encomienda a Rafael la decoración de varias stanze (estancias o cámaras) que forman parte de la planta superior del Palacio Papal y donde Julio II va a colocar sus habitaciones privadas. 

Es un conjunto formado por cuatro estancias, comunicadas entre sí, en este orden: Estancia del Incendio del Borgo, Estancia de la Signatura, Estancia de Heliodoro y Estancia de Constantino. Las tres primeras son más pequeñas y la última es la mayor.

La "Stanza della Segnatura" cumplía la función de despacho, en ella, el Papa firmaba y sellaba los documentos más importantes.


En la bóveda se representa un sistema cíclico de paneles que se corresponden con las “historias” que se desarrollan en los muros.

Sobre la Escuela de Atenas se representa a la Filosofía (cuya vestimenta de cuatro colores simboliza los elementos). Sobre el Parnaso aparece la figura alegórica de la Poesía. Encima del Triunfo de la Eucaristía se representa a la Teología. Sobre las Virtudes aparece la Justicia con sus balanzas.

Este programa iconográfico sintetiza la simbiosis renacentista entre el conocimiento y la virtud, en tanto que expresan lo divino: la Verdad, la Ciencia y la Filosofía, como expresión de la grandeza y la autonomía humana encajadas con la Teología y la Iglesia, como expresión de la grandeza de Dios. Esta Estancia representa la gran síntesis pictórica del neoplatonismo: corriente de pensamiento que intentaba conciliar la antigüedad clásica y el cristianismo.

Rafael y otros artistas como Bramante formaron parte del círculo de los neoplatónicos, dirigidos por Marsilio Ficino y Pico della Mirandola.

El programa de la stanza desarrolla la idea de la no contradicción entre el pensamiento de la Antigüedad y la doctrina de la Iglesia, como símbolo de los tiempos nuevos, y de la legitimación del papel asumido por el papado en los asuntos terrenales.

Por último, Rafael usó a artistas contemporáneos como modelos para representar a los filósofos antiguos como muestra la imagen inferior.